“leo una y otra vez el mismo libro, y cada vez es para mi algo nuevo.”
(Una paciente de Alzheimer, de 53 años)[1]
También denominada la enfermedad centenaria, fue descubierta hace aproximadamente 120 años por psiquiatra y neurólogo Alemán Bavaro Alois Alzheimer. Fue descubierta en una mujer de 51 años. En 1906 este señor informa por primera vez de una forma especial de demencia, que va acompañada e una marcada atrofia del cerebro.
Actualmente aunque es una enfermedad letal que afecta a muchas personas más que el sida- en Alemania por ejemplo, tiene trescientos mil victimas. Los candidatos de 50años alcanzan un porcentaje de un 20%; la forma precoz de tal enfermedad puede presentarse a los 45 años y posiblemente ya desde los 30; sus primeros indicios son unas concreciones que se forman en le cerebro y que cuando se presentan de forma masiva, conducen abiertamente a la demencia. Dicha enfermedad convierte a la vejez en una caquexia (estado de debilidad y delgadez extrema del cuerpo que constituye la fase terminal de ciertas enfermedades crónica), que se prolonga durante años; cambia la vida por completo y afecta por lo menos a dos personas, el paciente y su cuidador, quienes al conocer el diagnostico solo entienden la palabra incurable.
Tienen su origen en la destrucción de la membrana en los contacto de las células nerviosas del cerebro. El proceso de deterioro del cerebro llega a una concreción de piedrecillas patógenas. Unas moléculas de oxigeno, químicamente muy agresivas (los denominados radicales oxigenados), destruyen evidentemente las membranas grasosas de las células nerviosas. Las membranas se oxidan por la acción de dicho oxigeno, haciendo así quebradizas. La enfermedad aparece sin dolor, y al principio de manera inadvertida, destruyendo la red nerviosa de las neuronas en el cerebro. Aunque en principio la enfermedad no es una consecuencia de la edad, son por lo generar las personas ancianas las afectadas por la misma y así se explica el incremento de la enfermedad.
“son personas dementes y ello porque ni son simplemente vegetales, ni tampoco son locos. Son personas cuya posibilidad de entender el mundo se ha deformado de una manera que nosotros no podemos entender”
Alexander Kurz. Psiquiatra
“… ese cuerpo humano, sin memoria, sin capacidad de pensar, sin lenguaje, está ahora sentado en una silla de ruedas en un asilo y aguarda la muerte. Como a un niño pequeño se le da de comer y se envuelve en pañales. A veces cuando se le habla, brillan sus ojos; pero no reconoce ni a su mujer, ni a sus hijos.
Es una imagen que conmueve, e impresiona. Es la imagen de una enfermedad que, hasta hace años, la desconocían incluso muchos medico y se ha convertido en el terror de una larga vida”[2]